jueves, 5 de julio de 2012
Ley para recordar
El éxito no es fruto de la casualidad si no de la causalidad, todo tiene una relación causa y efecto.
Pero antes de seguir os tengo que soltar 4 líneas sobre este principio. Prometo ser breve. ¡No os vayáis! Según Aristóteles, “todo lo que se mueve se mueve por otro”. Más tarde, la filosofía definió así la causalidad: para que un suceso A sea la causa de un suceso B, se tienen que cumplir tres condiciones:
- Que A suceda antes que B
- Que siempre que suceda A suceda B
- Que A y B estén próximos en el espacio y en el tiempo.
Ya está. Volvamos a lo nuestro.
Primera condición: que A suceda antes que B
Dicho de otra forma, si quieres hablar inglés (B), antes debes hacer algo (A). ¿Echarle unas horas, por ejemplo? O de esta otra: si quieres ganar la maratón de NY, antes debes entrenar. Y mucho… Y para los que aún tengan dudas, esta otra: para que te toque la lotería (B), antes debes jugar (A). Simple, ¿no?
Con lo cual ya tenemos nuestra primera condición para el éxito en cualquiera de nuestros emprendimientos. Actuar. Hacer algo. O como vi en un reciente vídeo, E=mc2, o Éxito = Mueve El Culo x 2. Ya, parece fácil, tanto predicar pero yo mismo me olvido demasiado a menudo. ¿El problema? El síndrome del perfeccionista. Y lo digo con la boca pequeña. Nada de que presumir. Es más un lastre que otra cosa.
En el 2009 iba a lanzar un blog sobre conducción. Iba, porque se quedó en eso. No recuerdo exactamente el motivo. Seguramente fuese el logo, no sé, le faltaba algo, no pegaba con ese fondo… Año 2011, finalizo mi formación como coach. ¿Qué tal un blog sobre desarrollo personal para dar rienda sueltas a mis ideas? Fantástico allá voy… no verá la luz hasta enero del 2012. Corto ya, cuestión de no tirarme más piedras sobre el tejado.
¿Y qué ha ocurrido desde entonces, qué he aprendido de todo esto? Bueno, he mejorado. Antes, pensaba, ideaba, imaginaba… Ahora, trato de actuar más y pensar menos. A veces hasta actúo sin pensar… Así que empieza, muévete, haz esa llamada, envía ese correo, escribe esas líneas. Lo que sea, pero actúa. Porque ya puedes ser el más creativo, un genio en tu especialidad, que si no das el primer paso, estás muerto. Nada de nada. Cero. Cualquier “mindungui” con un 1% más de determinación que tú logrará superarte. Así que señores procrastinadores, perfeccionistas y perezosos: AC-TÚ-EN.
Segunda condición: que siempre que suceda A suceda B
Vaya, lo siento por los de la lotería. No siempre que juega te toca. Sin embargo, esta condición sí se da en muchos casos. Un ejemplo. Si quieres lograr el mejor chocolate del mundo tendrás que hacerlo tal y como lo hace el mejor chocolatero del mundo, ¿cierto? Pues ves empezando que me temo que si no te da la receta lo tienes crudo. (Y si no que se lo pregunten a todos los que andan detrás de la formula secreta de la cocacola…). Sin embargo, si ese mismo chocolatero te pasa su maravillosa receta, ¡éxito seguro!
¡Et voilà! Ya tienes aquí, tras el ACTUAR, el segundo precepto para alcanzar el éxito: COPIAR. Emular, modelar lo que han hecho otros que han triunfado antes que tú. Simplemente.
¿Sabes cuál es el problema? Que nos complicamos. Que escogemos el estilo “quítate de ahí que ya me busco la vida”. El hombre arrastrando sus pesadas cargas durante casi 200.000 años, descubre la rueda hace tan sólo 5500, ¡y vas tú y dices que eso no se hace así! Un momento, antes de seguir, y como puedo oir desde aquí a más de uno, me adelantaré: es cierto, así fue como se lograron grandes hitos, grandes descubrimientos, cuestionando y poniendo en duda todo lo sabido y conocido hasta entonces. Cierto, pero para lo que nos atañe, y a menos que tus aspiraciones sean pasar a la historia como el gran personaje del siglo XXI, te aconsejo que te atengas a la rueda, a saber, a lo que ya existe y funciona.
Al estilo “discípulo”. Ya sabes, envainas y te vas en busca del mejor es su campo. Al gurú, al maestro. O al menos a uno de los mejores. Y sino, tienes innumerables historias de éxito, biografías, cursos, miles de páginas webs donde buscar, centenares de especialistas dispuestos a ayudarte y hasta coaches . Recuerda, si quieres comerte el mejor chocolate del mundo tendrás que contratar al mejor chocolatero del mundo…o copiarle la receta.
Tercera condición: que A y B estén próximos en espacio y tiempo
Aquí me van a permitir retocar el principio, dado que el que lo inventó no conoció esta nueva era. A mi entender, con esto de la globalización y de internet, lo de “próximo en espacio” pasó a mejor vida. No así el factor “tiempo”. Adivina a qué se refiere cuando afirma que A y B deben de estar cercanos en el tiempo. ¡Eso es! ¡Ya lo tienes! Cuanto más tiempo dejes pasar entre el momento en que te decides y el momento en que pasas a la acción, peor.
Todos sabemos de que estoy hablando. Sino, ¿porqué entonces es a primeros de años cuando más falsas promesas se lanzan? ¿por qué es en primavera, aproximándose el verano, cuando más se llenan los gimnasios?
Recuerda, tu vida no está escrita. Puedes cambiarla, modificarla, ahora, en este momento. No mañana cuando salgo el sol y canten los pajaritos, no la semana que viene cuando estés de vacaciones, ni siquiera dentro de un ratito, cuando acabe el programa. Ahora, porque mientras piensa si vale o no la pena, otro ya lo está haciendo. Mientras entras en coma delante del facebook, otros ganan dinero por internet. Mientras te tragas la serie al completo, otros avanzan en su formación. Mientras unos se hartan de hamburguesas, otros salen a correr. Es así, siento ser duro. Pero cada cual debe saber donde está. Empezando por mi.
Actúa, modela y hazlo rápido.
Nada es fijo, todo cambia, todo evoluciona. Depende de ti. Punto
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